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...considero que este oratorio resaltará el vínculo cultural entre los pueblos latinoamericanos y España a través de la guitarra y su historia. Desde ya avalo esta propuesta deseando el mayor de los éxitos.”

— Paco de Lucia (1992)

envío mis felicitaciones y mi aplauso por esta obra que tiene el encanto de crear una atmósfera sutil y llena de poesía. Pienso que "Travesía" tendrá toda la simpatía y aceptación del público y espero que así sea. Tu trabajo en la creación musical como en tu actuación con guitarra es excelente...”

— Abel Carlevaro (1993)

La conjunción de delicadas melodías que nos recuerdan sus comienzos arabescos y Sevillanos llegando hasta los aires caribeños y totalmente latinoamericanos, quedan magníficamente plasmadas en la ejecución que realiza el propio Merlin. Este tiene una firmeza de mano notable en su guitarra española... ”

— Diario "La Prensa" (Opinión de Walter Duche)


Oratorio para guitarra, voz hablada y cantada femenina y orquesta de cámara compuesta por: Violín primero, Violín segundo, Viola, Violonchelo, Contrabajo, Órgano de tubos o electrónico, Flauta travesera y Percusión.
 


 

Autores:

José Luis Merlin (música)
José Tcherkaski (textos)
Versión en Francés: Eva María Noviembre
Versión en Ingles para subtítulos: Sue Littleton

 
 
  • Desde 1992 hasta la fecha ha obtenido los siguientes premios y nominaciones:
 
  • Nominada para el Premio Estrella de Mar 1999 a la mejor música original (Mar del Plata, Argentina).
  • Nominada por la Asociación de Cronistas del Espectáculo Premio A.C.E. a la mejor música de la temporada 1993.
 
 
  • Declarada de Interés Municipal. Municipalidad de Bahía Blanca (Argentina).
 
 
  • Declarada de Interés Cultural por la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación (Argentina).
 
  • Auspicio de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires.Declarada de Interés Nacional por el Congreso de la Nación. 
  
La íntima, entrañable travesía o las guitarras del hombre. Aída Bortnik (Setiembre 1998)
 
Como los carros en los que atravesó el mundo primero de sus sonidos, como los barcos en los que desbordó horizontes, esta hecha de maderas. Tallada a los arboles de los que la curiosidad hizo descender al hombre, ella es la ventana por la que el mundo entra al corazón, por la que el corazón sale hacia otros corazones.
Llevando y trayendo las melodías que inspiró a través de los tiempos, convocando seres y civilizaciones que solo por ella se reconocen y hermanan, prendida a los pechos, eco del interno latido, la guitarra, desde siempre, viaja. Meciendo y desafiando con sonidos de cuna, de fiesta, de amor, de batalla, en ella permanecen arrullos de todas las vidas, de todas las muertes, de todas las resurrecciones y de todas las nostalgias que reconocen su nombre en las infinitas lenguas de los humanos.
Este oratorio nos cuenta, con murmullos y fragores que abarcan pasados remotos \- presentes inexorables, los tiempos de la guitarra, que son los tiempos del hombre. Y a todos los celebra.
Es imposible no reconocerse en esta obra. En su conmovedora historia poético-musical están los sueños y las pesadillas que voz y guitarra, como siempre abrazadas, evocan desde el alma de madera poblada de cantos.
Con la inspirada pasión creadora de un poeta, José Tcherkaski y un músico José Merlin, que no usan red para lanzarse profundamente en el hueco sin fondo del instrumento cómplice, compañero, leal y provocativo, al que acarician las caderas amorosas y golpean el corazón eternamente sensible. Con talento y sin fronteras, ambos extienden y abarcan y tensan, cuerda a cuerda, palabra a palabra, los acentos diversos de una voz que se mantiene imprescindible y única. Para amarla han encontrado la cantante precisa, una deliciosa, intemporal Livia Barbosa. Y la actriz perfecta. Cipe Lincovskv suena y resuena como la raíz misma de ese cuerpo sensual y poderoso, infinitamente sensible, apasionado y conmovedor, con candores y furias siempre recién nacidas, recién sentidas cuando ella las recrea.
He repetido esta experiencia como espectadora feliz, tantas veces como sus oficiantes me han permitido hacerlo. Y cada vez, cuando se hace el silencio, deseo que recomiencen.
 
 
A modo de comentario. José Tcherkaski (1999).
 
Travesía es un relato caprichoso de la Conquista de América. Mejor dicho, un rulo de la memoria, que en la desmesura del silencio, fue navegando hasta estas tierras.
La palabra es rito y también verdugo de los seres humanos. Tiene trampas irremediables que se amontonan sobre la escritura como un maleficio. La verdad no existe.
“Travesía” es una excusa que permite recorrer vertiginosamente un trayecto en donde se entremezcla, el amor, el miedo, la vida, y la muerte. La locura.
 
¿Desde la metáfora es posible ubicar las mañas de la guitarra?.
¿Cómo se conjuga la fantasía y los entre sueños de la realidad?.
Toda explicación es posible pero irremediablemente inexacta.
La otra mirada caudalosa, la música, desde el sonido permite suponer que la guitarra es de carne y hueso, que como una daga fatal recorre orillas desiertas, descubre otros horizontes, nuevos hombres.
 
Relatos, Travesía, Fiesta, Los misterios, Los nuevos cielos, Soy la guitarra, Los horizontes, justifican el camino de esta guitarra extraña y amorosa.
Tan enamoradiza, tan curiosa, que sin pudor su cuerpo se abraza y enlaza con otros cuerpos.
Alma en pena, solitaria ella, busca ser amada entre batallas sangrientas y perversas.
Padece el amor, extraña a la distancia, es en definitiva la sombra esbelta y cadenciosa de la memoria. La guitarra es un testigo apesadumbrado de nosotros, hombres y mujeres que habitamos la violencia de los tiempos de los tiempos.
Los 10 movimientos que posee “Travesía” son recorridos imaginarios que siempre recalan en el mismo puerto: la vida misma.
La obra es un juego, un acertijo que intenta mover el alma del otro, el ajeno, el impensado y esperado oyente.